La fe, un incentivo social
Un rasgo de nuestra sociedad es pedir, para lograr el éxito social, que todos tengamos un carácter emprendedor, audacia, simpatía arrolladora y empuje. Sin embargo, en los tiempos difíciles que estamos viviendo en Veracruz, esa exigencia no es la única solución. Vivir la fe en Cristo ante las problemáticas que nos aquejan es un poderoso revulsivo. Las circunstancias adversas como la pobreza de 60 millones de gente, la falta de empleos y la corrupción en muchas estructuras sociales no pueden dejar tranquilo e indiferente, especialmente, al discípulo de Jesucristo, que tuvo como programa de vida atender a todos los necesitados de su tiempo. El amor de Dios y su pasión por el Reino de los Cielos lo empujaban para estar al pendiente de cualquier necesidad de las personas que andaban vulnerables en la vida.
Muchos pasajes evangélicos nos refieren y señalan la gran capacidad de respuesta de Cristo para dar su vida por la gente más necesitada. Jesucristo formó y renovó la conciencia de las personas con la fuerza del amor divino. En el culmen de su vida y servicio a los demás, Él dio su vida en la cruz para el perdón de los pecados, la salvación eterna y recrear una nueva conciencia como eje para alcanzar una vida más digna para los hombres y mujeres de todos los tiempos.
Todo creyente debe tener como modelo de acción e inspiración el programa de vida de Jesucristo. El cristiano solo no puede hacer mucho por los demás. Es imprescindible que celebre una fe en Cristo y la haga oración para que pueda actuar en consecuencia por la causa de las personas más vulnerables. Por eso, santa Edith Stein recomienda unirse a Cristo y poner la fe y la vida en el árbol de la cruz: “Gracias al poder de la cruz puedes estar presente en todos los lugares del dolor a donde te lleve la caridad compasiva, una caridad que dimana del Corazón Divino, y que hace capaz de derramar en todas partes su preciosísima sangre para mitigar, salvar y redimir”. El poder del amor en la cruz hace posible estar con los excluidos y marginados para darles esperanza de vida. Este amor es el mejor camino para llegar a los más vulnerables y necesitados de nuestra sociedad veracruzana.
Pbro. Juan Beristain de los Santos