Arquidiócesis de Xalapa

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¿ Y LA PATERNIDAD DE DIOS QUE?

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Pbro. Álvaro Fernández A.

La Paternidad de Dios es una función dominante que enrola el pensamiento, el querer y el actuar de la primera persona de la Santísima Trinidad .. Así aparece en la Biblia, en el Credo de los Apóstoles y así debe aparecer en nuestro corazón, en nuestra vivencia personal.

En el Génesis, el Señor aparece como creador. En el principio Dios creó el cielo y la tierra, el paraíso y al hombre, El primer hombre no se sintió hijo afortunado. Le pesó mucho la única prohibición que le dio el Señor, de no comer del fruto del árbol del centro del jardín, desobedeció, comió, quedó desnudo de la gracia y se escondió de la mirada del Creador, esta huida por sentirse pecador indigno, nos la heredó Adán, nosotros también nos escondemos del Señor, al que consideramos enojado.

En el Antiguo Testamento, Dios aparece con el deseo de ser Padre. Se oye su voz “Cuando Israel era niño, yo lo amé. Yo enseñé a andar a Efraím, lo trataba con gestos de ternura”. Os 11, 1-3 aquí aparece Dios como un papá muy joven, engolosinado con su hijo pequeño, al que lleva de la mano para enseñarle a caminar, el pueblo de Israel no lo entendió, vivió temeroso de Dios al que no se atrevía a nombrar, menos a llamarle Padre.

En el Evangelio Jesús llama Dios padre suyo y quiere que su voluntad se cumpla. Mt 7, 21 los Apóstoles lo escuchaban con admiración, En el Jordán después de ser bautizado, se oyó una voz; Tú eres mi hijo, el amado. Lc 3, 22 ni hablar Jesús es el Hijo. Este hijo natural de Dios, cuando enseña la oración del Padre Nuestro a sus discípulos, les enseña una nueva relación con Dios, deben invocarlo como un Padre suyo, sintiendo el amor de hijos, autorizados por Jesús para hablarle con el Abba, papito, con el cariño con el Jesús le habla.

Nosotros por nuestro bautismo, siendo seres de la tierra, San Juan dice que hemos nacido de arriba, por un segundo nacimiento, engendrados de Dios, como condición para salvarnos. Jn 3,3. Santiago recalca : “ Todo don perfecto desciende del Padre de las luces, en quien no hay cambio, ni sombra, ni variación. Este padre decidió hacernos hijos suyos por la Palabra de la verdad para que entre todas sus creaturas fuéramos suyos. Me imagino: los minerales, los vegetales, los animales y nosotros junto a ellos, pero pertenencias de Dios..

El Credo de Apóstoles que proclamamos en cada misa, dice: “ Creo en Dios Padre Todopoderoso”. Entendemos que la paternidad de Dios es para nosotros objeto de Fe. Eso significa, que debemos dar crédito a la bondad paternal de Dios para nosotros, como peregrinos, debemos sobreponernos a nuestras duda, dolores y decepciones, que como adolescentes en la fe nos asalten, con oración humilde, consigamos el arrojo para creer cordialmente que Dios es nuestro padre.

Somos invitados eliminar el sentimiento de que Dios está descontento con nosotros, pues ese sentimiento mata en nosotros la Fe, la Esperanza y la Caridad.. Dios es Padre porque es iniciativa de amor, nos ama como somos y así le interesamos y así es Padre para nosotros; por amor nos creó y por amor nos recrea, aunque en momentos le hemos dado la espalda El esta siempre con nosotros, “ aunque una madre se olvide de su hijo, Yo nunca me olvidaría de ti,” Is 49, 15.

¡Increíble! El hijo cuanto más rebelde, tullido, ciego, ingrato y huidizo, más lo persigue el Padre con sus dones. Lc 15 Si el Padre Todopoderoso hace cosas bellas de la nada, con igual razón puede hacer de un pecador un santo. En estos días críticos, necesitamos recuperar nuestra confianza en el Padre, por encima de todas las pandemias, los virus y las violencias. El Padre está con nosotros, nosotros debemos estar con El.