El personal de salud está presente toda la vida
Ángel Alfredo López Lagunes
En estos tiempos de crisis en la salud pública, la humanidad ha volteado a ver con diferentes opiniones a los profesionales de la salud, donde en algunos casos reconoce la labor y en otros le degrada y considera incompetente.
Lo cierto es que el personal de salud está presente en todos los momentos de la vida humana, no sólo de un modo físico o presencial, sino que a través del avance de la medicina es que ha logrado mantener un mejor estado de salud en su población. Un ejemplo muy claro se obtiene al estudiar la hermenéutica de la Biblia, pues en ese tiempo la mortandad era grande y que un hombre lograra nacer, crecer y luego formar una familia era de gran bendición, pues la mayoría fallecía en el proceso. Algo más allegado a este tiempo son las vacunas, donde ciertamente son virus atenuados o fragmentos de los mismos, generan en el organismo una resistencia a dicho padecimiento o incluso la inmunidad; México cuenta con uno de los esquemas de vacunación gratuita más completa. Parece broma que existan personas que consideren a las vacunas como inventos para buscar un enriquecimiento personal, que digan que los biológicos son mera “agua” y se hacen pasar por un proceso psicológico, pero el número de personas que pensaron en esto como realidad ahora tiene que asumir los daños ocasionados por esta decisión.
Hoy día el sector de inmunología trabaja a marchas forzadas para el cuidado de los pacientes contagiados, así como de la resolución efectiva al padecimiento. Tal como sucede entre la población, la llegada y el comportamiento de este nuevo virus ha ocasionado miedo, angustia, ansiedad, desesperación entre otros tantos. Uno de los mayores miedos que expresa el personal, es el ser portador del virus, no precisamente infectado, y que al llegar a casa sea el medio por el cual el virus pudo ingresar al organismo de otras personas con las consecuencias que eso implica.
Aún a pesar de esto, existe una gran desinformación entre la población sobre lo que sucede dentro de los nosocomios, donde el pánico les ha orillado a tomar malas decisiones, como los casos donde se les ha arrojado el cloro sobre la ropa, lo que no sólo causa que un uniforme quedará inservible, sino que puede dañar gravemente las vías respiratorias y la integridad cutánea por este químico. En los hospitales es natural que existan millones de microrganismos que van mutando y se adaptan a condiciones y medicamentos. Aún cuando la noticia parece alarmante, no se ha sabido de un brote considerable en algún lugar porque el personal conoce las medidas necesarias para lidiar con estos microrganismos. Hoy de un modo considerable hace falta unir plegarias por todo el personal que se está dando a sí mismo a pesar de las condiciones y miedos que surgen, donde con facilidad se cae en la desesperanza, en la desesperación y el miedo. Hoy esas personas requieren de un mensaje ocasional que pregunte sobre su estado, para tratar de auxiliar en liberar la tensión que se vive en medio de los nosocomios.