Arquidiócesis de Xalapa

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EL DAÑO SOCIAL

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Jorge Gabriel Rodríguez Reyes

Uno de los principios más importantes de la doctrina de la Iglesia es cómo es que un pecado personal no solamente te daña a ti mismo como persona individual, sino que causa un daño a toda la sociedad en su conjunto. Veámoslo con un ejemplo.

El simple acto de tirar una bolsa de basura en la banqueta de un vecino, por la razón que quieras: no tengo tiempo de ir hasta la esquina donde se recolecta la basura, mi vecino me cae mal, me duele mi pie y no puedo caminar, la excusa que sea. El hecho es que este micro daño social tiene repercusiones.

Otra persona deberá recoger tu bolsa de basura y llevarla a donde se recolecta. Pero esa persona debió ocupar sus fuerzas, su tiempo, que tenía destinado a otra cosa, quizá para ganarse la vida, o para ir al doctor, o para visitar a un amigo enfermo y ya no lo pudo hacer. Porque quien lo rompe lo tiene que pagar. Como quiera que sea ese tiempo o ese dinero o esa acción fue pérdida ocasionada por la persona que coloco mal su basura. Esto llevado a otro nivel sería el caso de digamos un robo o un secuestro o cualquier pecado que se te ocurra. Alguien deberá de repararlo con fondos de toda la sociedad, con médicos, o servicio de limpia, o con costos de justicia social, en última instancia con leyes, jueces, costos de juicios, costos médicos, medicinas, camas de hospital. Que no tenían por qué haberse gastado en eso, sino en obras de beneficio social: más caminos, más servicios de salud, más escuelas, mejor pago a maestros, trabajo para más gente. Todo pago de gasto innecesario es una distracción de un gasto necesario. Este sería el costo social de un acto erróneo aislado. Toda la sociedad deberá pagar o cubrir un daño individual. Por esto en algunos países se cobran multas altísimas por tirar la basura en lugares incorrectos, tiras una bolsa de un dulce en la calle y aparece un policía y te multa con $100 dólares.

Existen otros conceptos de pecado social directamente relacionados con la sociedad en su conjunto.

El 10 marzo de 2008, el cardenal Gianfranco Girotti (entonces regente del Tribunal de la Penitenciaría Apostólica del Vaticano) hizo pública una lista con siete nuevos pecados, complemento a los siete “pecados capitales’ (lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, soberbia y envidia. Estos “nuevos” pecados sociales del siglo XXI fueron: 1-Las violaciones bioéticas (como el aborto). 2-Las técnicas experimentos moralmente dudosas. 3-La drogadicción. 4-La contaminación del medio ambiente. 5-Contribuir a ampliar la brecha entre los ricos y los pobres. 6-La riqueza excesiva. 7-Generar pobreza.

Curiosamente Gandhi también tenía conceptos parecidos escritos en la lápida de su tumba en Nueva Delhi: Riqueza sin trabajo, Placer sin conciencia, Conocimiento sin carácter, Comercio sin moral, Ciencia sin humanidad, Alabanza sin sacrifico, Política sin principios.

Como quiera que sea todo pecado como daño, requiere una reparación. Y ¿quién va a pagar la contaminación de los océanos con la basura que tiramos? Porque la basura mal tirada va a parar a la sala de tu casa. Tengamos conciencia de esto para buscar una “nueva realidad post COVID”. No debemos regresar a más de lo mismo.