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San Agustín

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José Antonio Serena González

Uno de los santos más famosos, tanto por su obra como su vida es San Agustín, un hombre africano, hijo de Patricio y Santa Mónica, nació en el norte de África en el 354.

Sus primeros años.

El joven Agustín vivió sus primeros años de una forma rebelde y pagana, perteneció a una secta y vivió 14 años con una mujer, fuera del matrimonio, procreó un hijo el cual falleció cerca de la edad de 20 años.

La conversión.

San Agustín logra su conversión por la poderosa oración de intercesión de su madre, Santa Mónica. Quien siempre pedía a Dios por la conversión de su hijo. Milagrosamente San Agustín comenzó a ir a Misa, a ser asiduo a las predicaciones de San Ambrosio, así como las cartas de San Pablo. Durante mucho tiempo Agustín quiso ser puro, pero le manifestaba a Dios: “Hazme puro … pero aún no” (Confesiones, Capítulo 8). Cierto día mientras oraba en el jardín, escuchó una voz que le decía: “Toma y lee; toma y lee” (Confesiones, Capítulo 8). En ese momento se sintió inspirado a leer la biblia, la tomó, la abrió al azar y el Señor le habló de la siguiente manera: “nada de comilonas y borracheras; nada de lujurias y desenfrenos … revestíos más bien del Señor Jesucristo y no os preocupéis de la carne para satisfacer sus concupiscencias.” Rom 13, 13-14. Esto lo hizo comprometerse a permanecer puro y casto, un año después se bautizó a la fe católica, al poco tiempo su madre cayó enferma y falleció cuando Agustín tenía 33 años.

Obispo de Hipona.

Poco después de la muerte de su madre Agustín pensó en llevar la vida de un monje para el silencio y la oración. El Señor lo condujo a Hipona, al llegar a escuchar misa, el Obispo, Valerio, miró a San Agustín y conociendo su fama de santidad, comenzó a predicar sobre la necesidad de un sacerdote, el pueblo comenzó a clamar la ordenación de San Agustín y el Señor escuchó la súplica del Pueblo, Agustín fue ordenado sacerdote y 5 años después fue consagrado Obispo titular de Hipona en donde permaneció 34 años luchando contra las herejías y dando guía espiritual y humana a sus feligreses.

Escritos.

San Agustín es conocido, casi en todo el mundo por su famosa obra y autobiografía titulada “Las confesiones” en donde narra de manera detallada todo lo referente a su vida, sus combates espirituales y la forma en la que conoció al Señor. Escribió además un gran tratado durante un período de 16 años, sobre la Trinidad, meditando sobre este gran misterio de Dios casi diariamente. San Agustín escribió además la Ciudad de Dios, que comenzaba como una simple y breve respuesta a la acusación de los paganos de que el cristianismo era el responsable de la caída de Roma. Dicha obra fue escrita entre los años 413-426, y es una de las mejores obras de apologética con respecto a las verdades de la fe católica. En ella, la ‘ciudad de Dios’ es la Iglesia Católica.