SEPTIEMBRE, MES DE LA PATRIA

Sandra Elvira Hazas Arróniz
En el calendario civil hemos acordado dedicar días a las personas y sus roles sociales como Día de la madre, Día del niño, Día de la secretaria, del médico, de todas las profesiones. También se han decretado días para la bandera, el planeta, el agua y para todo aquello que se considera debe ser valorado y respetado o bien rescatado del olvido o de una escasa atención.
En México septiembre es el mes de la patria, por la relevancia de los acontecimientos históricos que ocurrieron en este mes, aunque en épocas diferentes: la defensa del Castillo de Chapultepec de la invasión norteamericana en 1847; el inicio de un movimiento contra el mal gobierno en el año de 1810, mismo que derivó en el logro de la independencia festejada con la entrada del Ejército Trigarante a la ciudad de México el 27 de septiembre de 1821.Estos acontecimientos entre otros.
En nuestra historia nacional reciente, dos terremotos irrumpieron en este mismo mes, en los años de 1985 y 2017, cobrando de manera lamentable la vida de muchos mexicanos, pero haciendo surgir en medio de la tragedia, la solidaridad, el valor y la generosidad de las personas.
Cada año, al llegar el mes de septiembre, las calles de nuestras ciudades empiezan a ser decoradas con los colores patrios. Los vendedores ofrecen las banderas de diferentes tamaños, cornetas, collares, sombreros y otros artículos tricolores. Se prepara con gran solemnidad la ceremonia de “El grito”, organizado por las autoridades de gobierno con la participación de los ciudadanos en las plazas públicas principales de todos los pueblos y ciudades. La noche mexicana es la oportunidad de degustar los más deliciosos platillos típicos de las diferentes regiones de nuestro país. Para culminar los festejos de los días 15 y 16 se efectúa el desfile con gran lucimiento de grupos civiles y fuerzas armadas.
Las solemnidades, las guardias de honor ante los monumentos históricos, las ceremonias y festejos que se organizan durante este mes, tienen como objetivo fortalecer nuestra identidad como mexicanos, así como revalorar las aportaciones de quienes nos antecedieron en la construcción de este país. Septiembre es un tiempo y una oportunidad para mirarnos a nosotros mismos, mirar lo que somos y hacemos en el momento histórico que nos tocó vivir, además de proyectar nuestro futuro como nación. Es una oportunidad para reencontrarnos con ese México que quisiéramos ser pero que se nos escapa de las manos en un mar de adversidades.
Hay que amar a México porque lo necesita, le urge. Hay que amar a México más que a nuestros egoísmos personales o de grupo cuando éstos no buscan el bien común. Si de verdad deseamos que viva México y “viva” viene de “vivir”, no podemos permitir que reine la cultura de la muerte bajo ninguna de sus manifestaciones, pero tampoco que reinen los rencores y la división entre quienes compartimos un mismo suelo, una misma historia, una misma bandera, un mismo país.
¡Viva México!.